Las teorías sociales tienden a ser lineales. Describen una serie de incidentes y procesos que conducen hacia un fin definible. Sin embargo, el mundo se caracteriza por la simultaneidad: incidentes y procesos muy diferentes que ocurren al mismo tiempo llevan a fines distintos. Así pues, en el mejor de los casos, una teoría social es un fracaso útil; en vez de demostrar su punto de vista, da a las personas una nueva perspectiva de los acontecimientos, haciendo que vean lo conocido bajo un prisma desconocido (Kaplan, 2002: 201-202).
— Kaplan, R. D. (2002). El retorno de la antigüedad: la política de los guerreros. Barcelona: Ediciones B.